Rita Polo | Psicologa en Guatemala | ¿Que tipo de amor practicas?

Practica esta antigua enseñanza y ve como tus relaciones te hacen mas feliz

Todos mostramos nuestro amor y afecto de distintas maneras. Hoy te voy a compartir una vieja leyenda.

“Cuentan que una joven pareja de indios Sioux acudió una mañana a visitar al chamán de su poblado. El joven era un valiente guerrero, y en su corazón habitaba la honorabilidad y la nobleza. La muchacha de ojos rasgados y cabellera abundante, estaba llena de un amor profundo y estaba decidida a mantenerlo fuerte.

La razón por la que se habían decidido a visitar el chamán era muy importante para ellos: tenían miedo, temían que su compromiso, que ese amor devoto y firme que ahora se profesaban, se rompiera de alguna forma. Deseaban que el anciano brujo les diera un remedio, un sortilegio o un conjuro para que su amor fuera eterno.

El viejo chamán los miró unos instantes a ambos con su rostro aguileño y cuajado de años y se aclaró la voz para después, coger la mano de la muchacha:

“Si deseas conservar a tu lado a tu amado durante largo tiempo deberás emprender un viaje. No va a ser fácil, te lo advierto. Subirás a esa colina que ves allá al fondo y cazarás con tus propias manos a un halcón, el más fuerte, el más hermoso. Después, deberás traerlo aquí vivo, el tercer día después a la Luna llena.”

A continuación, el chamán se volvió hacia el joven guerrero:

“En cuanto a ti, debes saber que tu tarea va a ser igual de compleja y sacrificada. Tienes que subir la montaña más alta de nuestro poblado y cazar un águila. La más bella, la más vigorosa, la más salvaje. Deberás traerla aquí el mismo día que tu amada.”

La joven muchacha sioux y su amado cumplieron con el reto propuesto por el anciano chamán. Ella llevaba en una bolsa de piel a un halcón. El joven guerrero, portaba a su águila. La más hermosa, la más fuerte. Cuando llegaron hasta el viejo brujo, ambos preguntaron cuál iba a ser el siguiente paso.

“Ahora debéis hacer lo que os digo: coged a las aves y atadlas con una tira de cuero por las patas. De manera que una quede atada a la otra y viceversa. Después, deberéis soltarlas para que vuelen libres.”

Cuando ambos cumplieron con lo ordenado, se quedaron atónitos y sin palabras al ver el resultado. Cuando las dos aves intentaron alzar el vuelo, lo único que consiguieron fue caer una y otra vez. Frustradas y llenas de ira, empezaron a picotearse la una a la otra.

El viejo chamán fue hasta ellas y las soltó.

Este es el conjuro que voy a daros:

“Aprended de lo que acabáis de ver. Si os atáis el uno al otro, aunque sea con amor, lo único que van a conseguir es arrastrarse, lastimarse, y ser infelices. Si deseáis que vuestro amor perdure: volad juntos bien alto pero jamás atados. Porque el verdadero amor une pero no encadena.”

Y tú… qué tipo de amor prácticas?


Hablamos pronto,

Rita   


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