He notado que muchas problemas en nuestras vidas ocurren porque no ponemos límites.
Al hacerlo se vuelve más fácil darnos a respetar, proteger nuestra manera de vivir y evitar conflictos en nuestras relaciones.
Para poder implementar límites, tenemos que examinar nuestros propios límites. Debemos saber hasta dónde y en que deseamos ceder. El poseer límites personales aumenta nuestra habilidad para expresar lo que deseamos, lo que podemos hacer y lo que no. Todo lo que deseamos lo podemos expresar con respeto y asertividad. La persona que no implementa límites tiende a sentir cólera, ira, y frustración.
Hay dos tipos de límites comunes. Límites físicos ocurren al decidir quién se nos puede acercar, hablar, o mostrar afecto. Los límites emocionales son cuando elegimos cómo deseamos ser tratados, que permitimos y que no permitimos de otros.
Los límites pueden ser claros, flexibles, rígidos y difusos. Claros para mantener prioridades y autonomía personal. Flexibles cuando otorgamos ciertos privilegios a algunos para establecer relaciones cercanas. Rígidos son los que impiden acercamiento y relaciones. Difusos son límites que no conservan la autonomía, ni la relación sana.
Toda relación interpersonal, de amistad, laboral, matrimonial, profesional, debe tener límites o parámetros. En algunas relaciones se llega a abusar consciente o inconscientemente, hasta donde el otro lo permita.
Cuando se expresa de forma clara y abierta lo que se piensa, siente y desea, ayudamos a otros a respetar y a actuar acorde a lo que solicitamos y necesitamos.
Implementar límites, no es ser grosero o agresivo. Tiene que ver con enseñar a otros a respetar tus necesidades, asi como tu respetas las de ellos.
Los límites se fortalecen al aprender a decir sí cuando deseamos, y a decir no cuando no nos apetece. Es marcar la frontera y si esta se traspasa, habrá que volver a marcar el territorio personal.
Los conflictos inician cuando la persona piensa demasiado en otros antes de pensar en si misma. Cuando cree que ser educado es no contradecir, o cuando tiene inseguridad personal y no se atreve a decir NO. Si se establecen límites, no ocurrirá el conflicto. Si no se implementan límites la persona se sentirá utilizada, no respetada, y puede llegar a sentirse como la alfombra por donde todos circulan y se limpian los zapatos.
Pero quién quiere ser la alfombra de otros?
Establecer límites es muy importante. Cuando vas a construir tu casa, tu tienes que respetar los límites del terreno. Si te sales de ellos, tendrás un conflicto contigo y con el vecino. Los límites personales definen a la persona en lo que es y en lo que no es, lo que desea y lo que no desea, la responsabilidad que desea adquirir y la que no desea asumir. Los mismos definirán como la persona desea ser tratada y lo que no permitira del trato de otros.
Ideas para establecer relaciones sanas:
- Ten claro lo que tu consideras bueno y malo
- Ten claro lo que esperas de otro, se realista
- Protege los límites una vez implementados. Manten firmeza.
- No seas extremista. No seas rigido, se flexible.
- Expresa lo que te molesta.
Y tu…ya sabes cuales son tus límites?
Hablamos pronto,
Rita