El error que empeora la ansiedad

El error que empeora la ansiedad

Por qué los padres amorosos alimentan accidentalmente los miedos de sus hijos… y cómo dejar de hacerlo

Dra. Rita Polo | Psicóloga Clínica
Sara pensaba que estaba siendo una buena mamá.

Cuando su hija Emma, de 9 años, empezó a rechazar citas de juego porque estaba “demasiado nerviosa”, Sara no la presionó. Cuando Emma comenzó a pedirle a Sara que llamara a los padres de sus amigas para preguntar qué actividades harían (para poder prepararse mentalmente), Sara hizo las llamadas.

“Solo intentaba ayudarla a sentirse segura”, me dijo Sara. “¿No es eso lo que hacen los buenos padres?”

Sara hacía lo que cualquier madre amorosa hace cuando ve a su hija en angustia - intentar quitarle el dolor. Pero seis meses después, el mundo de Emma se había encogido drásticamente. Rara vez salía de casa excepto para ir a la escuela, necesitaba a Sara presente en casi todas las interacciones sociales y había desarrollado nuevos miedos a los restaurantes, cines e incluso reuniones familiares.

Sarah había caído en el error más común que cometemos los padres: confundir acomodación con apoyo. Y si te sientes identificado/a, puede que estés haciendo lo mismo. Pero no te preocupes… Después de leer este artículo, sabrás exactamente COMO corregirlo.

La diferencia que lo cambia todo

Quiero dejar claro que no hay nada malo en querer proteger a tu hijo ansioso. El problema no es tu intención, sino las consecuencias no deseadas de cómo estás ayudando.

Acomodación enseña a los niños que la ansiedad es peligrosa y debe evitarse.

Apoyo enseña a los niños que la ansiedad es incómoda pero manejable.

La diferencia entre estos dos enfoques determinará si el mundo de tu hijo se hace más grande o más pequeño con el tiempo.

La Acomodación - Cuando El Amor Alimenta Accidentalmente El Miedo

La acomodación ocurre cuando cambias tu conducta o el entorno para evitar que tu hijo experimente ansiedad. Se siente como amabilidad en el momento, pero envía un mensaje peligroso:

“Tu ansiedad tiene razón. Esta situación sí es demasiado aterradora para ti.”

Así se ve la acomodación en familias reales:

Acomodación social

  • Poner excusas para que tu hijo evite cumpleaños, juegos con amigos o reuniones familiares.
  • Llamar a otros padres para obtener información detallada de los planes para que tu hijo se sienta “preparado”.
  • Quedarte en eventos cuando tu hijo ya tiene edad para que lo dejen y lo recojan.
  • Permitir que evite pijamadas, campamentos o viajes nocturnos indefinidamente.

Acomodación escolar

  • Llamar a la escuela para librar a tu hijo de presentaciones o trabajos en grupo.
  • Hacer (o hacer con él) la tarea para evitar su ansiedad por equivocarse.
  • Recogerlo temprano cuando se siente “enfermo” (sin causa médica).
  • Cambiar de maestro o de escuela para evitar situaciones que provocan ansiedad.

Acomodación en la vida diaria

  • Evitar ciertas tiendas, restaurantes o actividades porque ponen nervioso a tu hijo.
  • Asumir responsabilidades que antes hacía (pedir la comida, hablar con cajeros, hacer llamadas).
  • Permitir que duerma en tu cama cada noche por miedos nocturnos.
  • Reorganizar los planes familiares alrededor de los detonantes de ansiedad de tu hijo.

Acomodación en la comunicación

  • Hablar por tu hijo en situaciones sociales cuando puede hablar por sí mismo.
  • Llamar con antelación para hacer preguntas detalladas sobre lugares o actividades nuevas.
  • Reasegurar constantemente que sus miedos no se harán realidad.
  • Pedir a familiares que modifiquen su comportamiento para evitar la ansiedad del niño.

Por qué la acomodación sale mal:

  • La ansiedad se hace más fuerte: Cada vez que ayudas a evitar algo que le da miedo, el cerebro aprende que el temor estaba justificado. La ansiedad no desaparece: crece.
  • La confianza se encoge: Tu hijo no llega a descubrir que puede manejar situaciones difíciles. Sin práctica para tolerar el malestar, pierde fe en sus capacidades.
  • El mundo se hace más pequeño: A medida que acomodas más miedos, su zona de confort se reduce. Lo que empieza evitando una situación se convierte en evitar muchas.
  • Aumenta la dependencia: Aprende que te necesita para funcionar en un mundo ansioso, en lugar de desarrollar recursos internos.
  • Sufre toda la familia: La vida de todos gira en torno a manejar la ansiedad de un hijo. Los hermanos se pierden actividades, los padres se sienten atrapados y aumenta el estrés familiar.

Apoyo - Cómo Ayudar Sin Hacer Daño

El apoyo luce completamente distinto a la acomodación. Cuando apoyas a tu hijo ansioso, reconoces sus sentimientos mientras mantienes la confianza en su capacidad de afrontarlos.

El apoyo dice, “Entiendo que esto da miedo y creo que puedes manejarlo. Déjame ayudarte a descubrir cómo”.
👥

Apoyo social

  • En lugar de: Poner excusas para evitar una fiesta.
    Prueba: “Veo que te preocupa la fiesta. ¿Qué parte se siente más aterradora? Hagamos un plan para eso.”
  • En lugar de: Llamar a otros padres para pedir detalles.
    Prueba: “Suena difícil no saber qué esperar. ¿Cómo podrías averiguarlo tú, o qué podrías hacer si cambian los planes?”
  • En lugar de: Quedarte cuando deberías dejarlo y regresar más tarde.
    Prueba: “Me quedaré los primeros 15 minutos para ayudarte a acomodarte y luego volveré a la hora normal. Si necesitas algo, puedes pedirle ayuda a la Mamá de tu amiga.”
📚

Apoyo escolar

  • En lugar de: Librarlo de presentaciones.
    Prueba: “Las presentaciones dan mucho miedo. Practiquemos juntos y hablemos con tu profe sobre estrategias que ayuden.”
  • En lugar de: Hacer la tarea para evitar su ansiedad.
    Prueba: “Veo que matemáticas se siente abrumador. Veamos qué problemas puedes intentar tú y en cuáles necesitas apoyo.”
  • En lugar de: Recogerlo temprano por ‘dolor de estómago’.
    Prueba: “Te duele la panza cuando te preocupas. Enseñemos a tu cuerpo estrategias para calmarse en la escuela.”
🏠

Apoyo en la vida diaria

  • En lugar de: Evitar restaurantes que lo ponen nervioso.
    Prueba: “Los lugares nuevos pueden abrumar. ¿Qué te ayudaría a sentirte más cómodo para probar este sitio?”
  • En lugar de: Pedir tú la comida.
    Prueba: “Me quedo a tu lado mientras pides. Si olvidas qué decir, te ayudo.”
  • En lugar de: Compartir la cama cada noche por miedo.
    Prueba: “La noche puede dar miedo. Trabajemos herramientas para que te sientas seguro en tu cuarto.”
🗣️

Apoyo en la comunicación

  • En lugar de: Hablar por tu hijo en público.
    Prueba: “Tómate tu tiempo. Espero mientras les dices lo que necesitas.”
  • En lugar de: Reasegurar constantemente sobre miedos poco probables.
    Prueba: “Veo que eso te preocupa. ¿Qué podrías hacer si realmente pasara?”
💛

Cuando apoyar se siente “duro”

  • La incomodidad temporal lleva a confianza a largo plazo.
  • Las protestas suelen ser la ansiedad hablando, no sus capacidades reales.
  • La resiliencia requiere práctica con retos manejables.
  • Amar a veces es mantener límites que incomodan.

Repite esto: “No estoy siendo cruel. Estoy siendo amoroso de una forma que ayuda a mi hijo a crecer.”

🧭

Cómo Corregir El Rumbo De Forma Gradual

  1. Paso 1: Explica el cambio “He aprendido que cuando te ayudo a evitar cosas que te dan miedo, el miedo crece. Desde ahora, voy a ayudarte a hacer cosas que dan miedo en lugar de ayudarte a evitarlas. Es porque te quiero y creo que eres más valiente de lo que piensas.”
  2. Paso 2: Empieza pequeño No cambies todo a la vez. Elige un área de acomodación y empieza a apoyar en su lugar.
  3. Paso 3: Prepárate para la resistencia La ansiedad probablemente subirá al inicio. Es temporal y normal, como una fiebre que sube antes de bajar.
  4. Paso 4: Mantén la consistencia Los mensajes mixtos confunden a los niños ansiosos. Si decides apoyar y no acomodar, mantente firme.
  5. Paso 5: Celebra los momentos valientes Observa y reconoce cada vez que tu hijo haga algo que le daba miedo. Esto construye su identidad como alguien que puede con los retos.

La próxima vez que tu hijo esté ansioso y te pida quitar el reto, pregúntate: “¿Ayudar de esta manera le enseñará que es capaz o incapaz?” Si la respuesta es incapaz, estás acomodando. Si es capaz, estás apoyando.

Tu hijo es más valiente de lo que su ansiedad quiere que crea. Tu labor es ayudarle a descubrir esa valentía, un desafío a la vez.

Sé que cuando ves a tu hijo sufriendo con ansiedad, lo que más quieres es saber exactamente qué hacer y qué decir en cada momento.

Por eso creé La Mente Tranquila - una guía completa con estrategias específicas, guiones palabra por palabra, y planes de acción para cada situación que te mostré hoy (y muchas más).

La ansiedad de tu hijo no tiene por qué controlar su vida. Puede ser su mejor maestra.

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Acerca de la Dra. Rita Polo

La Dra. Rita Polo es una psicóloga clínica con doctorado en psicología clínica y salud mental. Ha ayudado a más de 500 familias, proporcionando las herramientas necesarias para apoyar a los hijos y alcanzar el bienestar emocional. Su enfoque combina terapia cognitivo-conductual y logoterapia.

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